

Publicado en Panza Verde Nº 212. 1ª quincena ene. 2010
Fin de año, 1986; aparece en los quioscos entrerrianos Panza Verde: 1.000 ejemplares, formato A4, tapa a todo color, 86 páginas, un suplemento turístico y en contratapa una ilustración de Nicolás Passarella. Sí, el maestro está desde los inicios de PV.
El sueño se fue convirtiendo en pesadilla por la inestabilidad económica del país. Llegamos al Nº 6, -tapa a dos tintas y mucho más flaca en cantidad de páginas y tirada- y la hiperinflación alfonsinista nos dejó horizontal, producto del aumento diario en los insumos de impresión.
Los primeros pasos ya estaban dados y habían dejado su huella. Nos recostamos al costado del camino para recobrar aliento, dos por tres bichiando hacia atrás, pero con la porfiada mirada hacia el futuro, hacia adelante, esperando la revancha. La utopía ya estaba en marcha.
La constante visión critica e incluso acida de la realidad nos han dejado al margen de muchas cosas, siempre peleando contra la realidad económica que nos va ganando pero resistiendo hasta el minuto final.
Eso llevo muchas veces a cambiar el formato, a agregar o quitar pliegos de edición. En octubre de 2003, volvemos al Offset; mismo formato (A4), tapa a dos tintas (verde y negro) papel obra satinado, 28 páginas, festejando el Nº 100 de PV y con un homenaje a dos famosos humoristas gráficos concordienses a nivel nacional: Mono Taborda y Pedro Seguí. Como anticipo de
Festejando los 17 años, realizamos la tercera exposición de humor gráfico en las mismas vidrieras: Rubén Bitz inaugura el 2004 con una exposición individual de unos 160 chistes color y lugareños -formato oficio apaisado-, relacionado con las vacaciones, los festivales y el carnaval "Panza Arriba en Todos los Verdes". También se mostraron tapas de PV, y sobre el piso interno de las vidrieras, un ejemplar de las revistas de humor publicadas en
A partir del año 2005, con el Nº 109, PV sale enformato tabloide y quincenal, hasta la actualidad. Con un estilo ya definido -pulido durante años- PV intenta hacer visible, lo que los grandes medios -y sus loros lugareños- se empeñan en invisibilizar.
Si bien nuestra eterna situación económica editorial, no nos deja mucho margen para proyectar a corto plazo, con mantenernos quincenalmente en el ruedo, ya es un logro; siguiendo atentos y preparados, si pasa alguna oportunidad para agarrarla de la cola. Proyectos no nos faltan, y si bien PV no tiene techo, tenemos que ser observadores, cuidadosos y responsables a la hora de evaluar los próximos pasos que se planteen. Esto no significa ser conservador por tratar de perdurar; tenemos la cuota suficiente de desparpajo, ironía, ubicación, y hacemos cada número como si fuese el último. Es más, con cada PV que editamos, se intenta competir con la anterior.
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