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PV Nº 215: Reciclajes

- Una generación que ignora la historia, no tiene pasado ni futuro. (Anónimo)
- Pasemos del infinito negativo de la nostalgia al infinito positivo del heroísmo. (Emil Cirian)
- No robar, no mentir, no ser flojo (principios aymarás). (Evo Morales)
- Vamos a bailar… si sabemos gambetear para ahuyentar la muerte. (La Bersuit)


La posibilidad de sino que puede aportar una mirada completamente original y enriquecedora respecto de esta práctica social.
Las materialidades expresivas que confluyen en el espacio urbano y dan entidad al carnaval, no son simplemente elementos anecdóticos, útiles para comprender fenómenos de mayor alcance; se trata, más bien, de dispositivos que cargan de significación la vivencia de los distintos actores dentro del festejo, creando un ámbito singular y cualitativamente distinto del cotidiano conteniendo a su vez valor de verdad a los componentes fantásticos que lo definen.
Vale aclarar que estos conceptos no pretenden ser excluyentes con el carnaval y otras prácticas festivas; y aún hoy lo hacen, el devenir de las sociedades, teniendo en cuenta que el estudio marca el terreno etnográfico y antropológico en lo urbano.
En cualquier disputa en la ciudad por mas abstracta o pintoresca que sea, se define en términos territoriales en la realidad real y mas aún en carnaval; recordemos que realidad virtual es lo que nos rodea, nos envuelve, nos "empaqueta" (mediante objetos generalmente) y hasta nos contiene cada vez mas en el ahora y en el hoy (Internet, comunicación satelital, celulares, etc.) y como realidad imaginaria y desde ya que supera a lo individual o actitud individualista y se basa en la realidad personal.
En carnaval se manifiestan con ímpetu, a manera de manifiesto: los eventos teatrales, los espectáculos musicales al aire libre o espacios cerrados, las muestras plásticas en ámbitos abiertos o cubiertos y los encuentros literarios (lectura, presentación de publicaciones), radios abiertas, brindis con café, mate o bebidas diversas.
Música, color y alegría; momento de contento y placentera distensión; trajes de lentejuelas, plumas, carrozas con te-mas alegóricos y sentimientos sexuales con estridencias y sin prejuicios.
Todo lo que hacemos en la ciudad es política, en lo público y en lo privado; partiendo de la base que hacer el amor es una actitud política en tanto y en cuanto acordemos una acción en nuestro libre albedrío sin condicionamiento ninguno; sabiendo que la belleza es femenino como la ciudad.
El desfile con baile determinado por una murga, una bazucada o una comparsa nos convoca al patrimonio cultural de un pueblo. Como el evento es comunicacional, turístico y hasta empresarial es imprescindible la coordinación con los medios de comunicación: escritos, orales y audiovisuales.
A propósito: es crucial que el lunes y martes de carnaval sean con asueto general y bailar hasta sentirse exhausto como una vivencia pos-orgánica… como "los petiteros de la PV" (murga en formación) ó los "caballeros del abasto" lo dictaminen.
Al decir de Iván Noble "hacemos elogio de la vagancia", declaramos e instalamos el estado de sitio en el corsódromo y de esta manera exiliamos la sensación dominguera de las siete de la tarde donde comienza un momento de angustia innombrable: depresión y malestar.
Reconociendo apelar al "pan y circo"; concepto creado por el poeta romano Juvenal en su sátira, para describir el hábito que los gobernadores del imperio romano practicaban con el objeto de entretener y distraer al pueblo alejado de la política.
El no olvidar nos hace vivos y se plasma la contradicción de la vida misma.
Oscar Farias

Publicado en Panza Verde Nº 215 abril de 2010

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